miércoles, agosto 16, 2006

II

Saeta que voladora
cruza, arrojada al azar,
y que no se sabe dónde
temblando se clavará;
hoja que del árbol seca
arrebata el vendaval,
sin que nadie acierte el surco
donde al polvo volverá.
Gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar,
y rueda y pasa y se ignora
qué playa buscando va.
Luz que en cercos temblorosos
brilla próxima a expirar,
y que no se sabe de ellos
cuál el último será.
Eso soy yo, que al acaso
cruzo el mundo sin pensar
de dónde vengo ni a dónde
mis pasos me llevarán.

2 comentarios:

KoboId dijo...

que bonito no me esperaba ésto en el post...me ha gustado mucho leerlo y el final me ha encantado...gracias por compartirlo mi maestra :-) desde mi destierro con cariño

La Menina de la Reina dijo...

gracias a ti por tus palabras...aunque los agradecimientos habría que dárselos al genuino, único e irrepetible Bécquer
besos wapa ;)